LUZ ROJA
Esto que voy a contar pasó hace mucho tiempo, en camino San Antonio, cuando aún no existía la Villa Rivadavia, ni la escuela.
Por ese camino venían tres amigos, realizando un paseo a caballo. De pronto, entre los cercos, apareció una luz roja y misteriosa, que atravesó todo el camino ocultándose en el otro cerco.
Ellos se asustaron bastante y recordaron los dichos de la gente, de que siempre aparecía una luz rara en ese lugar y que traía mala suerte. Los muchachos siguieron su paseo, los caballos resoplaban y caracoleaban nerviosos, pero la luz volvía a aparecer, por más que se apuraban, la luz seguía cruzando el camino.
A todo galope llegaron a una encrucijada. Juan y Román tomaron un camino y Alejandro se fue por otro, quedaron en encontrarse cuando los dos callejones se unieran nuevamente.
Los dos amigos llegaron rápido, pero Alejandro no llegaba, esperaron varios minutos, y ya impacientes decidieron ir en su búsqueda.
Llegaron casi al mismo lugar donde se cruzan los caminos y encontraron al amigo en la montura del caballo, uno de ellos gritó:
- ¡Ale!, ¡Ale!. ¿qué te pasó?
Pero él no respondía. Al acercarse se dieron cuenta de que su destartalado amigo estaba desmayado. Y una vez que se le pasó el aturdimiento, sus ojos aún seguían llorosos y perdidos por el tremendo susto.
Luego, un poco más tranquilo, él les contó que algo le tocó fuertemente la espalda, pensó que era una rama y siguió. Después de un corto trecho, lo volvieron a tocar y esta vez sintió que era una mano grande. Cuando miró para atrás, vio una gran ave que se alejaba rápidamente, que se iba transformando en una luz roja, con forma de rostro humano, muy escalofriante. Con ojos rojos de fuego que lo miraban fijamente. Esto es lo último que recordaba, ya que se desmayó en ese instante.
A partir de ese día, los amigos se fueron a vivir muy lejos de la zona y no volvieron más. Ya que no podían dormir y el recuerdo de lo pasado no los dejaba vivir un momento sin pensar en que esa luz podría llegar a aparecer de nuevo.
Florencia Giménez
El presente texto se hizo en el marco del Taller de Producción Literaria “Empecemos por Casa”.
El Taller de Producción Literaria “Empecemos por Casa” del IPEM Nº 323 SAN ANTONIO, (Prov. de Córdoba) forma parte del Proyecto: Taller de Lectura y Biblioteca Escolar, Comunitaria y Circulante enmarcado en el Programa Escuelas Solidarias de Aprendizaje y Servicio Solidario del Ministerio de Educación de la Nación. Que fuera galardonado con Mención de Honor del Premio Presidencial de la Nación 2005 de Escuelas Solidarias.
También es parte constitutiva del Proyecto Educativo Institucional del IPEM Nº 323 como una actividad obligatoria del área de lengua.
Actualmente se trabaja en un proyecto interinstitucional con el IPEM Nº 310 de Barrio Inaudi coordinado por la Prof. Lucía Mirta Mercado con el propósito de aplicar este programa y un proyecto de tutoría que ya está funcionando en el IPEM Nº 323.
La zona donde está situada el I.P.E.M. Nº 323 “San Antonio” tiene la calificación de Zona de Riesgo (urbano-marginal), ya que existen barrios de familias carenciadas por erradicación de villas céntricas. Además, también posee características propias de rural, ya que está situada a varios kilómetros fuera del anillo de circunvalación sobre vía terminal, rodeada de descampados y quintas de labranza agrícola. Por lo que la vida educativa y cultural de la comunidad ronda en torno al establecimiento.
El taller realizó la edición de un libro que contenía tanto la producción del taller, de los alumnos y profesores como de padres y vecinos escritores y a ante la convocatoria de la materia Lenguaje Visual 3 de la Fac. de Bellas Artes se envió el siguiente texto.
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