Un recuerdo

Un palo de escoba, un simple palo de escoba o algo similar bastaba para pasar toda la tarde revoloteando golpes en el aire, y allí se expandían, contra diversos objetos de la casa o el jardín. Pero estos no eran sólo elementales golpes sino la poesía de los movimientos de un samurai, un Ninja, un Power Ranger o el mismísimo Zorro.

Tuve de los palos más diversos: de madera, de metal, de plástico, cortos y largos, simples y trabajados pero ninguno duraba demasiado, ninguno era suficiente para este luchador incansable.



Uriel Gómez (16 años)



Este texto fue producido en el taller de literatura “Los amantes de la serpentina”,

coordinado por Gabriela Pesclevi en el Centro Cultural “ La Grieta” de 17 y 71, en

La Plata, donde antaño era el Galpón de Encomiendas y Equipajes de la antigua

estación de trenes.

Para ver la producción de este espacio de literatura juvenil se puede visitar:

www.amantesdelaserpentina.blogspot.com